[El contacto de piel con piel le hace retorcerse sobre la mesa con un poco más de violencia.
Respira fuerte y aprovechando la cercanía te engancha un brazo al cuello, volviendo a jalarte del cabello al afirmarse. Tu pregunta le hace reír un poco y decide morderte una oreja, porque puede.] ¿Quieres que responda?... Antes querías callarme.