[Tus términos no le agradan del todo, pero para su suerte tu mano frotándoles a ambos es lo bastante placentero como para no quejarse.
Respira más fuerte, haciendo nuevamente la cabeza hacia atrás en la mesa. Tal vez también puedas notar que su cuerpo no se siente tenso sobre tus dedos, como si ya no fuera evidente el tipo de hábitos que tiene.]