No tengo mucho más que hacer. [Así que es un sí por su parte. Deja pagado lo que consumió al dueño y abandona su asiento con las manos en los bolsillos.
Quizá notes por ahí que en lo que se mueve rumbo a la salida, una de las personas que trabaja como mesero y que es igual que alta que tú le está dando una sutil reprimenda por andar abordando gente en el bar "otra vez". Aunque claro, los regaños le entran por un oído y le salen por el otro.]