[No le digas naDA, porque va a maldecirte un par de veces hasta que simplemente su cuerpo no quiera cooperarle.
Sin ningún previo aviso -o tal vez sí lo fueron sus quejidos y sus balbuceos- va a retorcerse un poco debajo de ti hasta casi levantar el torso del sillón, haciéndolo llegar en tu mano y en su estómago.]