[A tu pregunta niega con la cabeza cuando decide acuclillarse frente a la puerta, revisando el candado con una mano.] Tú hazte cargo de eso.
Creo que puedo... [Abrirlo, sí. Especialmente por lo viejo y oxidado que está. Dale un momento para que se busque en el bolsillo del abrigo sus ganzúas para forzar cerraduras!1]