[Va a quejarse con suerte un par de veces, posiblemente con los golpes que lucen más feos. Pero fuera de eso, todo lo demás es dejarse parchar en silencio mientras se termina su té y de comerse -como es de imaginar- la mitad del pan.
...E igual como no va a pretender que se pierda, silenciosamente te lo va a ofrecer.]