[Eso le provoca un notorio escalofrío. La lentitud no es algo que precisamente le pudiera provocar satisfacción, pero tu caso es... distinto. Cerciorarse de que realmente estás ahí respondiéndole con tanto cuidado, con una mano deslizándose por su espalda.
Le gusta, pero al mismo tiempo le inquieta y te lo hace notar cuando te tome del brazo algo torpe para meterte la mano debajo del suéter. No se va a romper.]