[Lo raro es que alguien efectivamente se detenga a prestar ayuda a otra persona en la calle, se nota que no eres de ahí.
Respira profundo, pero casi instantáneamente -y posiblemente- en respuesta al episodio tenso vivido antes, emite una arcada y se empieza a retorcer en tu agarre para que lo sueltes. Ugh, náuseas.]