Algo, sí. Porque está acostumbrado a tener lo que quiere y que le hubieras negado el sexo que te estaba pidiendo es algo que no se le olvida, por muy placentero que hubiera sido el resto de cosas que hicieron luego.
...Tú no, no puedes. No vas a rechazarlo de nuevo después de decirle tan abiertamente que confías en él.
El beso es bastante útil para conseguir lo que querías: callarle la boca y hacerlo estremecer un poco. Pero sabe que no puede distraerse y va a forcejear contigo para apartar el rostro con un ruido húmedo y obsceno.] Quieto. [Advierte, inclinándose a dejarte una mordida sobre el labio como reclamo. Mientras su mano retoma la tarea entre tus piernas, desacomodándote el pantalón para poder tocarte con más libertad con una mano mientras la otra se apoya sobre tu estómago. Está bastante impaciente y se le nota también en lo apretado que empieza a sentir su propio pantalón entre tanta fricción.]