[Esa mordida le saca una exclamación sorprendida, que lo hace arquearse más bruscamente hacia ti, haciéndolo llegar más profundo a la vez que él también termina, casi de golpe. Gime y se queja, en una mezcla de dolor y placer, sintiendo que no puede pensar claramente nada más que en ti, en tus dientes en su hombro, en tus sonidos, tu calidez, lo bien que lo haces sentir...]