[Agradecerá este momento de silenciosa compañía, no sólo porque le agrada mucho, y es un tipo de intimidad que extrañaba, o porque necesite descansar un poco, sino porque le permite pensar, intentar reordenar sus ideas.
Y se descubre pensando en qué pasaría si simplemente se quedara aquí, y no regresara a su país, a enfrentar a Gingetsu y el Concilio. Si simplemente se quedara contigo, y tus cicatrices, y tus pinturas, y tu personalidad arisca y testaruda. Es tan tentador, que por un momento casi toma una decisión... hasta que se da cuenta que si lo hiciera, nunca podría estar tranquilo consigo mismo, con la memoria de Oruha y Suu. Sentiría que las ha abandonado.
Y pedirte que seas tú el que se vaya con él... sería exponerte a una clase de peligro que ni siquiera él sabe si sobrevivirá. Y no haría eso.]