[Tal vez debió avisarle a Rei que llegaría un poco justo con la hora a cubrir su turno de la noche en el Roost, pero bueno... no había esperado quedarse hasta tarde apilando los viejos cuadros que se le habían acumulado en el último tiempo en el taller.
En un pestañeo ya han pasado cuatro meses desde que Shinkoumi se sumergió en un período de transición. Tiempo suficiente en el que no sólo en la propia ciudad han habido cambios, si no que también dentro de su propia vida. Todavía se siente... extraño, como si algo le faltara y lo peor es que sabe cuál es el origen de esa sensación.
Tuvo el presentimiento que luego de todo lo que hablaron, Kazuhiko regresaría, o en su defecto, daría señales de que estaba bien en su país. Pero sin ningún mensaje de por medio, mientras más días pasaban, más empezaba a convencerse de que el camino que había tomado simplemente había sido diferente. Hoy, simplemente está convenciéndose de que ya ha dejado pasar tiempo suficiente para enfocarse de lleno en las nuevas actividades que está haciendo, porque es... lo mejor que puede hacer.
Y ahí está llegando con algo de retraso al bar, pero abriendo la puerta para pasar directamente hasta el cuarto del staff para arreglarse un poco. Afortunadamente para la hora no hay mucha clientela, así que no ha sido tan terrible.]