[Apoya más la cabeza contra la pared y le da espacio a tu boca para que lo marques, que más que mal ha pasado bastante tiempo sin que su cuerpo tenga alguna. Así como evitó a los sujetos del bar que intentaron insinuársele, literalmente no se ha metido con nadie desde que te fuiste.
Paulatinamente el sexo casual y el lastimarse dejaron de ser de su interés. Simplemente quería sentarse a plasmar todo lo que le provocaste en un lienzo, que luego se volvieron dos, tres... y unos cuántos más de los que estaba mentalizado a deshacerse hasta hace algunas horas.
Por eso es que tus dientes en su piel le hacen estremecerse y le sacan un quejido corto. Los dedos de su mano pasando a hundirse en tu pelo más brusco, tironeándolo para pedirte más. Que no pares.]