[Ah. Ya se ocupará de eso en algún momento, cuando tal vez logre librarse de estar atrapado contra tu cuerpo.
De hecho esos mordiscos lo confunden en un momento, porque sí estaba esperando algo más brusco. Sin embargo, la insistencia con la que los vas dejando y esa lamida contra el inicio de su cicatriz le hacen olvidarse del asunto. Su cuerpo está sensible, ansioso, lleva tanto tiempo sin hacer esto que cualquier estímulo que viene de tu parte lo hace reaccionar.
Vuelve a tironearte del pelo y su otra mano no aguanta las ganas de meterse debajo de tu ropa para sentir tu musculatura, las cicatrices que recuerda que tienes...]