[Te ayuda a quitarle la ropa y lanzarla por ahí rápidamente, regresando a besar tus labios y tu cuello cada vez que puede. Y gruñe con eso, con tu gesto y el trozo de piel que alcanza a ver, y decide que no tienen suficiente espacio contigo contra la pared como para estar cómodos.
Así que te levanta en brazos de nuevo, y los lleva de regreso a la mesa, esta vez sentándote sobre ella y llevando sus manos a tu ropa para quitarse esa camiseta ahora sí, adIÓS.]