[Prácticamente te come la boca, dejando escapar sus propios gruñidos y jadeos ahí, chupeteando en tu lenguja, y cuando ya no le queda aliento, simplemente separándose para ir a brutalizar por tu cuello.
Querría que esto durara por siempre, pero a este ritmo no aguantará mucho más, con lo mucho que estuvieron provocándose antes ya.]