[Sí, no hace falta verbalizarlo. Un simple gesto de cabeza como ese le sirve.
A medida que te escucha respetuosamente en silencio va a subir una mano para rodearte muy vagamente, respondiendo a tu improvisado abrazo. Dejaste todo atrás, tomaste una decisión recordando las palabras que también te dijo al despedirse... ah.] ¿No te arrepientes del camino que tomaste?