Veremos si puedes concentrarte en eso. [Porque oh, después de lo mucho que le hiciste retorcerse en la sala, es su turno de vengarse un poco. No creas que te va a perdonar la impaciencia que le hiciste sentir.
Solamente son sus ganas de fastidiarte las que lo incentivan a ir con un poco más de lentitud por tu cuerpo. Muerde tu abdomen y luego te deja una succión por la pelvis, haciéndose el espacio entre tus piernas mientras te sigue mirando con su mejor sonrisa de cretino.] Hm. Un oficinista con menuda sorpresa. [Dice a propósito para molestar, mientras con la mano empieza a frotarte.]