Sigue con la mirada los movimientos que haces con ambas tazas y luego... ah.] Deja de tratarme como una mascota. [Reclama, aunque en su tono no se nota disgusto... y todavía menos creíble se va a volver cuando te obedezca, moviéndose por la cama para poder sentarse donde lo quieres, justo ahí, bien cómodo encima tuyo.]