[Resopla una risa con eso que seguramente sentirás contra tu piel. Y debe ser una especie de tortura, siendo que incluso esas mordidas no deben ser suficientes para la intensidad que acostumbras, pero más bien están en el límite, y siempre acompañadas de besos luego.
Y está atento a tus manos, porque ha notado esa costumbre tuya, y quiere ser él quien se encargue ahora. Pero mientras no las quites de su pelo, seguirá bajando hacia tu abdomen, pasando su lengua por la cicatriz arriba de tu cadera, buscando acariciar con sus manos por tu cintura.]