[Cualquier otro insulto que tenga reservado para ti muere en su garganta cuando sumas un segundo dedo. La amabilidad de anoche está presente en tus atenciones, pero al mismo tiempo esa intensidad con la que estás haciendo todo ahora más menos abrumado que ayer lo está estremeciendo con más violencia.
Sacude un poco la cabeza en negación contra la cama. No quiere gemir tanto porque definitivamente no le hace mucha gracia que notes todo lo que le estás afectando- pero no le está resultando muy bien.]