[Siente que se le va el aire solamente por devorarte la boca con desesperación. Muerde tus labios, los arrastra con los dientes para luego ir y colarte la lengua de nuevo siendo bastante insistente con eso.
Repite tu nombre entre jadeos, sintiéndote en ese vaivén que si bien es lento para su gusto, no deja de ser extremadamente placentero.]