[De la forma en la que tú no dejas de moverte, él no dejará de gemir. Va a separar incluso un poco más las piernas para poder darte más libertad de hacer lo que quieras, de realmente deshacerlo como dijiste en un principio.
Y tentado por tu cercanía, muerde tu oreja un par de veces al darle espacio a tus labios para atacar su cuello. Sigue así, que ni se te ocurra parar...]