[Y él lo aprecia, muchísimo, como podrás notar en la forma que se arquea apenitas hacia tus manos, que te mira con ojos brillantes y pupilas más dilatadas, expresión relajada y algo agitada a la vez.]
... Estoy a tu completa disposición. [Sonríe apenitas.] Sólo intenta que quede algo de mí cuando termines.