E igual se ríe un poco mientras te ayuda a desacomodar mejor el pantalón, sabes que le gusta irse al grano. Una mano nada perezosa la va a colar por encima de la ropa interior, tanteando un poco.] Hm. Hoy haces lo que yo quiera. [Debe interrumpirse y levantarse porque claramente estar sentado en tu regazo no le facilita mucho el poder tocarte.] Acuéstate.