[Bienvenido sea el beso, porque la insistencia de tu mano es efectiva para desmoronarlo ahí en el sillón.
Una de sus manos se aferra de tu pelo para mantenerte cerca y responderte con el mismo apetito al contacto. A su vez entre movimientos más torpes de cadera va a embestir contra tu mano varias veces, jadeando un poco con la presión de tu mano que le hace más tortuoso moverse. No va a aguantar mucho así, te da aviso de ello con breves jalones en el cabello.]