[Está bien, él ya lleva un rato algo ido porque estás dando con un punto que le hace retorcerse en tus manos con cada embestida. En vista que le tienes un brazo pegado a la cama, usa el otro para enterrarte las uñas en un hombro, aferrándose de ti casi al mismo tiempo que lo hace con las piernas.
Entre jadeos obscenos se separa bruscamente de tus labios, pero manteniéndose ahí cerca, maldiciendo y balbuceándote que no va a aguantar mucho más, que no puede aguantar-] Kazu-- ¡nn! Se siente t-tan bien...