[Sí, no hace falta. Como también no le hace falta pensar en lo mucho que se desconoce ahora mismo en esa situación: sentado al aire libre mirando un atardecer frente al mar, dejándose mimar por alguien que no quiere lejos de su vida.
La sonrisa se le ensancha un poco en el rostro mientras se acurruca más en ti producto de un involuntario escalofrío.] ¿No crees que ya es tiempo de regresar?