[Claramente está incómodo con la situación... pero tampoco es que la idea le desagrade por completo. Por eso es que duda, haciendo una evaluación rápida de cómo manejar esto y.... bueno, sí. Sabe de lo que eres capaz. Y está seguro de que si no hace algo, tú lo forzarás a él a apartarse de esa puerta. O algo peor.]
[...] No negocio con terroristas. [Y luego su expresión y su voz se suavizan un poco, a algo un poco más liviano, como bromeando.] Al menos podrías invitarme a comer primero.