[Bueno, hay excepciones, en esta ciudad. O tal vez es simplemente que no te ha tocado conocer a la gente decente que sí hay en ella.
Pero hoy es tu día de suerte, tal vez, porque de pronto el tipo que te estaba dando rodillazos en el estómago grita de dolor mientras cae hacia atrás, y de pronto el que te agarra por el pelo tiene un revólver de aspecto curioso contra la sien.]
Eso no es muy amable de tu parte. ¿Por qué no lo sueltas? [Dice, el tipo que sostiene el arma. O mejor dicho, el tipo de cuyo brazo sale el arma.]