[Mira... estaba preparado para que lo hicieras, realmente. Ha quedado de sobra en evidencia que eres tan táctil en la cama como lo eres fuera de ella, no que eso sea sorpresa.
Lleva una de sus manos a tu bicep antebrazo, como sujetándote un poquito de regreso, aunque se queda mayormente quieto.]
Bien. Porque todo eso fue muy agradable, pero me gustaría dormir ahora. [Dice, con un toque de humor. No te hagas ideas.]