[Niega, porque aprecia tu preocupación, pero no es necesaria-- aunque el sentirte así lo distrae, y le saca un quejido, cerrando los ojos.]
-- Tú eres perfecto, ah... [Aferra su mano en tu pelo, hundiendo sus dedos en tu hombro, perdiéndose en la forma en la que te abres camino en él.] Te sientes tan bien...