[Ah, claro. No iba a esperarse otra reacción de tu parte... nunca quieres quedarte atrás.] Um, dilo todas las veces que quieras. Me va a encantar escucharlo... [Y ya que tienes la rodilla entre sus piernas, pues va a darte en el gusto de mecer su cadera en un pausado movimiento sobre ella.
Su palma cerrándose sobre ti, masajeando con insistencia. Los besos por el pecho perduran otro poco más, antes de subir la mirada para encararte con tal de besarte de nuevo.]