Te dije que lo estaba, que era solo eso... [Mueve su mano para abrir más esa bata y acariciar tu ingle con la punta de sus dedos, tus caderas. Bebe con gusto y hambre de tu cuello, presionando sus labios y dejando besos en tu mentón, queriendo también hacerlo placentero para ti.] Tenías que seguir preguntando... Después de todo lo que me ocultaste, me quieres despojar de todos mis secretos. Que egoísta.