Es tu culpa. [Si, siente como pierdes fuerza bajo él y lo disfruta. Lame la sangre que cae por tu cuello, hasta tus labios que muerde y succiona sin besarte por completo, presionándote contra ese sofá.
Empieza a masturbarte lento, cosa de no darte todo lo que quieres de inmediato, mientras él disfruta de tu sangre tibia que le saca sonidos de gusto.] Y te gusta así.