Eres tan impaciente... [Deja que la sangre escurra por tu cuello, lamiendola y dejando besos y succiones como un premi luego de que tuvieras sus colmillos tan profundo.
Se separa entonces, soltándote un momento para desabrochar su pantalón. Dándote un breve respiro antes de tomar una de tus piernas y subirla a su hombro, inclinándose sobre ti para morder esta vez la parte interiro de tu muslo, la piel tan suave allí.] Quieto.