[Mentiría si dijera que no estaba esperando por este momento. Tus dedos le recorren con tanta familiaridad y él no puede hacer otra cosa más que retenerlos con necesidad.
El pecho se le agita con violencia y siente una punzada placenteramente dolorosa en la entrepierna mientras besas y muerdes. No recordaba cuándo fue la última vez que le llamaste por su verdadero nombre, se siente bien.] Charles, nunca dudes de eso. D-De lo mucho que te amo y confío en ti. ¿Me lo prometes...?