[No hay forma de que su interior te rechace, menos estando tan familiarizado con lo hábil que se han puesto tus dedos para causar estragos en él. Los gemidos se le escapan sin dificultad y parte de su cadera se mece contra tu mano para tener algo más de ti, porque el tamaño no le es suficiente.
Busca tus labios para jadear contra ellos, viendo ligeramente borroso en cuanto comienzas a dar contra ese punto que le hace derretirse bajo tu cuerpo.] Jamás-- lo haría, mi amor. Chris... nn.