[Muy, muy a gusto. Muerde tus labios entonces, sacando la sangre con la punta de su lengua y saboréandola con un suspiro de placer.] Ah, pero no es justo si no sientes como me sentí yo recién...
[No quita sus dedos que te abren gentilmente, pero baja entre tus piernas para acomodarse mejor. Solo que en vez de tomar tu erección en su boca, es su lengua la que empuja dentro tuyo, ayudado por sus dedos.]