Sam Winchester (![]() @ 2014-01-04 17:26:00 |
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Current music: | To Build a Home - The Cinematic Orchestra |
Entry tags: | arquetipo zodiacal, meme, meta, ooc |
Meme: Arquetipos Zodiacales
Desde aquí.
Si sigues leyendo seguramente te encuentres con spoilers para Supernatural (sobre todo desde la temporada 4 en adelante).
1) Sam Winchester - Tauro (2 de Mayo)
Sam es, en mi opinión, uno de los mayores aciertos canónicos en cuanto a los arquetipos de mis personajes. Aunque en un primer momento sí tuve mis dudas. Para alguien tan intelectual y con una historia de rebeldía como la suya, quizás un signo de aire como Acuario hubiera calzado mejor; incluso Escorpio, con su tendencia a autoinmolarse y renacer (Sam, don't). Pero hoy en día estoy convencida por muchos motivos de que Tauro es el arquetipo más apropiado para él, y he aquí el por qué.
Tauro es el segundo signo de la Rueda y el primero del elemento tierra. Responde al reconocimiento de "Yo Estoy", por lo tanto la corporalidad juega un papel incluso más fundamental y básico que en los otros signos de tierra: es el arquetipo de la materia, el cuerpo, la percepción, el hogar, los bienes materiales, la praxis, la sensualidad, lo binario y la fertilidad. Se le asocia con el arado de la tierra, y su regente es Venus. Y si bien su nombre nos recuerda inevitablemente al toro, su símbolo se corresponde con el del buey, o incluso mejor: la vaca.
Después de esa descripción y de un segundo vistazo, ya no es tan difícil relacionar a Sam con Tauro. Porque cabe la casualidad de que Sam es un personaje que tiene justamente muchos rasgos de la personalidad del arquetipo tauriano. Es paciente y amable, pero también terriblemente obstinado y peligroso dentro de esa obstinación. Como una vaca o un buey, no duda en cargar con toda su fuerza y testarudez contra todo lo que considere una amenaza para su territorio (o su familia), y no es si no después de ese imparable y eficiente arrebato que se detiene recién a revisar el resultado de sus actos. Al mismo tiempo tiene una resistencia impresionante, y continúa a pesar de las dificultades de su vida como quién tira constante, tercamente de una pesada yunta. Y no es solamente en su manera de ser que se ve reflejado el dominio del arquetipo, sino en su mismo lenguaje corporal: Sam es grande, muscular, fuerte, pesado, manso y lento hasta que entra a la carga (y aquí podría haber un chiste sobre "cuernos" y "Lucifer" que no voy a hacer).
Y es precisamente su cuerpo un tema recurrente y central en el desarrollo de su historia, en conjunto con el concepto de hogar. "Cuerpo" y "hogar", dos aspectos fundamentalmente taurinos, son vitales para definir y entender las motivaciones y decisiones de Sam a lo largo de su canon.
Sin ir en análisis muy profundos, es bastante obvio por qué el cuerpo de Sam podría ser importante. Su cuerpo es, de hecho y técnicamente, la razón tras la historia inicial de su canon. Resulta que el cuerpo de Sam es un perfecto y resistente recipiente para arcángeles, y no sólo un recipiente, sino el recipiente que podría albergar a Lucifer. Su familia y su hogar son destruidos y su vida se transforma en lo que es sólo para asegurar que en algún punto llegará el día en que tome una decisión y se convierta efectivamente en el recipiente del Malo. Su cuerpo (la sangre de demonio dentro de él) lo hace sentirse diferente incluso a nivel inconsciente, amenaza con convertirse en su maldición personal como único propósito y destino, y finalmente se transforma en su oportunidad y arma de redención ("saltar al infierno con Lucifer dentro de él"). Y su corporalidad es un tema que siempre regresa para convertirse en estrella: a veces es sólo un cuerpo sin alma, otras un cuerpo que le ayuda a diferenciar la locura de la realidad, otras un cuerpo que es purificado para convertirse en vehículo de un hechizo poderoso, otras uno que vuelve a hospedar un ángel. Como pueden ver, el cuerpo de Sam IS THE GIFT THAT KEEPS ON GIVING.
Hablando de regalos y de dar, el arquetipo de Tauro no sólo se manifiesta como un oscuro predestinador en el cuerpo de Sam, sino que también muestra su lado más amable y atractivo. Lo último literalmente. Porque, como dije en un comienzo, Tauro es el arquetipo de la sensualidad, lo erótico, lo binario y la fertilidad. No por nada su regente es Venus, diosa del amor y el sexo, que aparece en respuesta al "¡ECHEN PAJA QUE AQUÍ VOY!" del Marte de Aries para frenarlo y decir "Okay, pero ESPERA y date un momento para gozar". De ahí que se lo considere también como un arquetipo que se corresponde con lo femenino, de energía y sexualidad introvertida (y aquí podría ponerme a discutir los conceptos de "femenino" y "masculino", pero sería largo y estamos hablando de arquetipos socioculturales después de todo, qué más quieren). La sensualidad en Tauro más que un ímpetu es una fuerza atractiva, una fuerza que en cierta medida Sam también posee. Por poner un ejemplo a modo de comparación, mientras su hermano podría considerarse el conquistador, eso es porque Dean ha tenido que desarrollar con el tiempo técnicas de seducción (muy efectivas, por cierto). Sam en cambio parece no necesitar de ninguna pick up line ni manual de conquista: simplemente es él mismo y su energía seductora natural hace el resto sin esfuerzo extra. No por nada son pocas las veces en las que él ha tenido que hacer el primer movimiento, y más bien suele simplemente seguir el ritmo de los avances de la otra persona.
Aquí entran en juego otras dos características taurianas: la capacidad de ir lento, y el sentido de permanencia ("Somos hijos de la tierra" nos recuerda Tauro). Características por las cuales Sam, a diferencia de su hermano, no puede encontrarse totalmente cómodo con relaciones esporádicas y casuales, y es más bien una persona de compromiso. Sí, Venus invita al disfrute y gozo sin culpa del erotismo, pero Tauro sigue siendo un signo de tierra: sin permanencia (sin conexión) no hay real felicidad. Y este "sin permanencia no hay felicidad" precisamente es el lema de oro de todo el arquetipo tauriano, y el que nos abre la puerta a entender la significancia del concepto de "hogar".
Hogar. Casa, comida y cariño. Cotidianidad. Satisfacción constante. Vivir el paraíso terrenal. No sólo "Yo Estoy", sino también "Donde estoy soy feliz". El deseo primordial del arquetipo de Tauro.
Hogar. Algo que Sam nunca ha conocido realmente, y del cual le fue quitada toda posibilidad a la corta edad de seis meses, a cambio de vivir de hotel en hotel, de casa abandonada en casa abandonada. Hogar que ha intentado construir por su cuenta cada vez que ha podido, y que para su dolor nunca ha conseguido perdurar, permanecer. Hogar que sigue empeñándose en soñar en secreto (asentarse, ir a la universidad, trabajar) a pesar de que su estilo de vida se lo niegue, hogar que incluso tras nueve temporadas sigue siendo tema para Sam.
Es mucho más fácil entonces entender la cantidad de veces que Sam intentó escapar de su familia para vivir su propia vida y de por qué, a pesar de las dolidas acusaciones de John y Dean, él nunca sintiera que lo que hacía era malo, egoísta o incorrecto. "Somos tu familia, somos tu hogar, y eso no se abandona", le recordaba su padre. El asunto es que Dean y John nunca pudieron terminar de entender que para Sam la frase "Hogar es donde están los que quieres" no es suficiente. No, para Sam tiene mucho más sentido la versión inglesa de "Home is where you make it", con el where y el make siendo mucho más literales y materiales en su caso. Sam quiere con su vida a su familia, pero él necesita asentarse en un lugar para poder ser feliz, para sentirse totalmente en casa. A diferencia de la mayoría de los adolescentes, Sam nunca escapó para vivir la vida loca (que de eso ya tenía suficiente): escapaba para poder instalarse entre cuatro paredes y poder reclamarlas como suyas. Es canon que para Sam sus recuerdos más felices son aquellos que involucran momentos comunes y corrientes de cotidianidad. Su constante actitud "rebelde" (sus terribles discusiones y desacuerdos con John) nunca estuvo destinada (o no mayormente) a probar un punto; no, era una oposición natural y fundamental a un estilo de vida que sabía que nunca lograría hacerlo feliz. Y sabía que sólo escapando de su familia podría encontrar esa felicidad.
Y lo hizo, por poco tiempo. En la universidad, con Jess, y luego en uno de los momentos en que más perdido se encontraba, con Amelia (y sólo construyendo ese hogar Sam pudo encontrar un poco de paz). La materialidad es tan importante para Sam que el único objeto y lugar constante en su vida fue la clave para su redención. Un vistazo de cerca al Impala, al auto que prácticamente había llegado a convertirse en su hogar, fue suficiente para hacer que venciera a la voluntad de Lucifer y pudiera retomar el control lo suficiente para lanzarse al infierno. El concepto de hogar es tan importante para Sam que, incluso cuando él mismo había renunciado a cualquier posibilidad de construir uno para sí mismo, deseó que alguien más pudiera vivir esa felicidad por él. "No intentes traerme de vuelta", le dijo a Dean. "Busca a Lisa y a Ben, forma una familia. Vive una vida normal, feliz."
En la manera en que lo juego en Nadalandia también se puede notar un poco esto de la importancia de la permanencia del hogar, sobre todo teniendo en cuenta que la casa en la que vive en Nadalandia no fue iniciativa suya, sino de Dean. Curioso que haya aceptado más que nada para darle en el gusto a su hermano y porque por qué no, teniendo en cuenta todo lo dicho antes. Pero no tanto si se piensa que Sam a) sabía que podían irse de Nadalandia cualquier día y b) Sam se sentía en la obligación de regresar a su mundo para arreglar sus errores. No podía quedarse, no podía considerar Nadalandia su hogar. Con lo que no contaba es con que empezara a hacerlo, y que por un par de breves felices semanas se encontrara viviendo su vida ideal, teniendo una casa con su hermano, una novia, amigos. La magia terminó cuando Dean se fue, por supuesto, pero ya le había dado un mordisco a la manzana. Mucho dice que, ahora que regresó y que ya no tiene tareas pendientes en casa, no siente realmente ningún apuro por volver a su mundo, y no le importaría quedarse cuánto pudiera. Está construyendo un hogar, después de todo.
Por último, no puedo terminar este meta sin referirme a las BIG BAD CHOICES (tm) de Sam, que quiéranlo o no han sido definitorias de su arc. Y aquí es cuando entramos al lado negativo y oscuro del arquetipo tauriano: codicia, orgullo y erotismo enfermizo. Hay una razón por la cual el Minotauro nace por culpa de la codicia de Minos (por un toro) y el enloquecimiento de Pasifae, obra de Afrodita (hola otra vez, Venus). Sam mismo admite que todo el asunto de beber sangre de demonio no fue solamente un intento para detener el apocalipsis (que en su orgullo, incluso cuando comenzó a sospechar que no era lo correcto, fue un camino que decidió seguir hasta el final). No, el asunto es que a Sam también le gustaba como se sentía (otra vez el cuerpo, la percepción) y quería más (codiciaba más). "Era incorrecto, pero se sentía bien. Me sentía bien". El mismo acto vampírico de beber la sangre de Ruby es lo suficientemente erótico incluso sin tener en cuenta cómo terminó la relación entre ellos dos. Una relación poco sana, marcada por la dependencia de Sam, donde el goce de la sensualidad traía a la larga sufrimiento y desesperación. El abuso de los dones de Tauro, que finalmente los desvirtuaron y llevaron a Sam a poner en riesgo mortal el hogar del hombre por excelencia: la Tierra.
El arquetipo tauriano trabajando para su propia destrucción.
Podría seguir hablando de muchas cosas más, pero creo que ya cubrí lo básico y expliqué suficiente y qué tan largo quedó esto siquiera, scream. Nada más queda decir que es muy probable que de aquí al termino de su canon los temas de "cuerpo" y "hogar" sigan siendo centrales para el arc de Sam. Está claro, al menos, que Sam no podrá ser completamente feliz hasta que encuentre o construya un hogar en el que asentarse definitivamente, y que probablemente su cuerpo será un elemento decisivo al momento de definir si finalmente deberá renunciar de verdad a cualquier posibilidad de conseguirlo, o si encontrará la felicidad en ese hogar, ese espacio propio que tanto ha anhelado toda su vida.
Yo, personalmente, espero que finalmente pueda encontrarla. Y Sam (en su terca y permanente costumbre de guardar esperanzas) probablemente espera lo mismo.